lunes, 15 de septiembre de 2008

Los devora-personas.


Existe, dentro del espectro humano, una clase de gente que son los devora-personas, todos ellos muy bien relacionados con el arte del negocio y de la producción; astutos, viles, ruines, con grandes capacidades para el engaño y la artimaña, dispuestos a hacer lo que sea para engrosar sus arcas, depredadores a la caza del inocente desvalido que acaba engrosando su billetera en un festín tremendo, donde el incauto se lleva la peor parte: el monstruo del nervio que se te come el estómago.

Esta gente está al acecho, buscando el modo de conseguir más dinero, te ofrece trabajo como si te hiciera un gran favor, pero en realidad por la noche se afila los dientes para darte un gran bocado arruinando tu persona.

Estos monstruos se suelen encontrar allá donde hay creatividad y sensibilidad, jugando con la ilusión y los sentimientos de todas esas personas con un sentido artístico llenos de sensibilidad.

Se caracterizan porque nunca hablan de la creatividad o del esfuerzo que supone manifestar artísticamente lo que uno lleva dentro; sólo hablan de dinero, de cachés, de presupuestos, de productos, de dinero.

Junto a ellos, si te bendicen, o más bien te maldicen, no te faltará trabajo. Un trabajo que poco a poco va perdiendo su componente artístico y sensible para convertirse en un producto mercenario que sólo pretende gustar para ganar más dinero.

Si ustedes se encuentran uno de estos monstruos devora-personas, anden con cuidado, porque a veces uno tarda en darse cuenta de su voraz apetito mercantil, y cuando uno ya se ha dado cuenta, está demasiado destripado como para reaccionar.

"Que encontrar lo que ustedes quieren no les haga perder lo que ustedes son."





jueves, 11 de septiembre de 2008

LCH: La Hóstia consagrada. Y después de la muerte, ¿qué?


No me podía desentender de este asunto...

Con todo esto del LCH, el acelerador de partículas o también conocido como Gran Colisionador de Hadrones, que hoy comenzaba a ronronear a 100 metros bajo tierra, en la frontera suizo-francesa, ya nada será como antes, y eso que el proyecto quiere investigar qué pasó antes, inmediatamente después de que crujiera el universo por primera vez, aquello tan famoso del Big Bang.

Como siempre, los más reaccionarios, o los más previsores, o los más miedosos, temían o vaticinaban que este gran experimento, una máquina de 27 kilómetros de longitud, nos chuparía a la Tierra y a nosotros todos como un culo que en lugar de lanzar pedos se los traga, un culo similar al que decía tener Camilo José Cela, que afirmaba que podía tragar con su culo dos litros de agua.

Lo que más nos anima a seguir de cerca las noticias de este proyecto, es que tal vez todo este asunto pueda promover otros grandes proyectos científicos, como el que se me acaba de ocurrir: el Gran Colisionador de Cabrones, con el que descubrir de qué materia están hechos estos sujetos.

Seguramente, si el experimento sale bien, los científicos se pondrán a construir debajo de cada cementerio una gran máquina con la que descubrir qué ocurre inmediatamente después de la muerte... y así tendremos por una parte la partícula divina, y por otra la partícula demoníaca. Entonces ya nada sería igual, ni antes, ni después.

Esto sí que sería La Hóstia Consagrada.

¡Viva la ciencia y el progreso!

martes, 9 de septiembre de 2008

Extremoduro, otra realidad: seguramente lo único que me queda de cuando era un muchacho.

Hay quien adora a Extremoduro y hay quien lo odia... a mí es lo único que seguramente me queda de cuando yo era un muchacho, lo único que sigue conmigo...

Tal vez el último disco que acaban de sacar no sea el mejor... no me importa...

Dejé de escuchar rock español hace muchos años... cuando Platero y tú se separaron...

Ni siquiera escuché más de diez veces el ahora penúltimo disco de Extremoduro... y que ni siquiera recuerdo cómo se llama... Pero oí millones de veces Deltoya, Somos unos animales, o Tú en tu casa y nosotros en la hoguera, que así se llamaba antes de que lo volvieran a grabar con el título de Rock Transgresivo. Y Escuché hasta que me harté el Agila, e incluso el Pedrá, que creo que son los dos mejores discos que nunca un grupo de rock español ha hecho.

Recuerdo la primera vez que fui a un concierto de Extremoduro, con 14 años, y que tocaban de teloneros para Barón Rojo. Me quedé en la calle porque el concierto comenzaba a las once y mis padres no me dejaban volver a casa más tarde de las doce de la noche. Como hubieron un par de apagones, tan sólo llegué a oír unas tres o cuatro canciones, pero fue impresionante. Solo, sobre el capó de un coche para ver las luces, por lo menos. Y después corriendo a casa. A ninguno de mis amigos les gustaba aquella música. Y yo los había descubierto gracias a que un amigo de mi hermano mayor le había dejado el disco de Tú en tu casa nosotros en la hoguera, en vinilo. A mi hermano nunca le gustaron, porque el era un heavy de los pies a la cabeza, y aún lo sigue siendo, de los de Helloween, Iron Maiden, y Barón Rojo. Nunca supe si mi hermano llegó a ir a aquel concierto a ver a Barón Rojo.

Al año siguiente o un par de años después volví a ver Extremoduro, cuando presentaban Dónde están mis amigos. Entonces fui con dos amigos, les había convencido de que Extremoduro era un grupo diferente. Nada de Suaves, Reincidentes, Porretas o aquellos grupos que tocaban mal o peor. Hasta qué punto llegaba nuestra ignorancia y nuestra inocencia... que nos quedamos sorprendidos al ver a un tipo, justo anuestro lado, haciéndose una ralla... cuando tal vez ni siquiera nos habíamos emborrachado en nuestras vidas.

Volví a ver Extremoduro con Rosendo, a un pueblo de Valencia. Un colega que iba a mi escuela, había organizado un viaje en autobús... e íbamos unos 30 o 40 chavales. después ya trabajaba en fin de semana y dejé de ir a conciertos. y trabajando de camarero en un chino, con la entrada del concierto, sólo pude ver el bis. Salí del restaurante pasadas las doce y me fui corriendo a pie al otro lado del pueblo... cuando conseguí entrar al concierto me emocioné como nadie... Por supuesto sólo escuché una canción... pero era Ama, ama, y ensancha el alma, y fue como si hubiese estado allí todo el concierto... me pegó un subidón tremendo.

Años más tarde volví a otro concierto, esta vez pedí día libre en la bocatería en la que trabajaba, y fui espectacular. Fue la última vez que los vi. Para mi ver a Extremoduro no supone lo mismo que para mucha gente... para mí no son sólo un grupo de música... significa muchas cosas... Gracias a sus letras comencé a leer poesía... a aficionarme a escribir... a leer... a hacer música... y a tener una actitud respecto de la vida... Y para mí oír al robe... tan criticado... que si es un drogadicto... que si no sé qué, que si no sé más... Y quién no se droga... Sólo hace falta ver la entrevista que le hizo Eva H para ver que no tiene pelos en la lengua y que "le suda la polla" decir lo que piensa... pero bueno, cada uno que piense lo que quiera...

Para mí, Papel Secante no es una canción de rock... es música... No necesito alas para volar, prefiero LSD, un gran verso... O Tú corazón acorazado como un cebo... O voy a hacer un tambor de mis escrotos... Y la canción de Buscando una luna, es belleza... Salvo dos o tres canciones el disco de Agila es perfecto... tanto en sonido como en composición...

Pero bueno, cada uno que piense lo que quiera...

Si no existiera Extremoduro... habría un vacío muy grande dentro de la música española...

Lo que ocurre es que cuando un grupo de rock español lo intenta hacer bien y comienza a instrumentar... a meter vientos o cuerdas... cuando no mete distorsión se le critica... y se les llama vendidos... por mií podrían hacer todas las canciones acústicas...

Cuando quiero volver a sentirme con 16 años me pongo un disco de Extremoduro .... y eso no lo puedo conseguir ni con el requiem de Mozart... ni con la pasión de san mateo de Bach, ni con La primavera de Stravinski... ni con cualquier disco de Oscar Peterson... a quienes considero los grandes de la música clásica y del jazz...

Para mí los primeros discos de Extremoduro son como para Proust la madalena.

Y es una de las pocas cosas que considero propias, de la cultura que yo decidí tener...


"Y volver a renacer sin más bandera que sus huevos...."







viernes, 5 de septiembre de 2008

Becas y números rojos...

He ido al banco, a ingresar los 250 euros de la parte del alquiler que paga mi pareja. Después de la operación he actualizado la libreta, y tengo la friolera cantidad de 565 euros. Mañana se cobran el alquiler... que si la memoria no me falla, asciende a 535 euros... lo que supone que tendré 30 euros para acabar el mes. Es lo que tiene ser actor, y tener poco trabajo...

He entrado al estanco a comprar un paquete de tabaco... y había una señora hablando con la dependienta... hablaban sobre becas universitarias. La señora decía que en su casa seguían una filosofía... no pedir la beca... porque entienden que la beca la deben pedir quienes verdaderamente la necesitan... y quienes se lo merecen por buenos estudios...

Yo, este año me he matriculado en Filología Hispánica... y cuando fui a informarme sobre la beca... la señora de la ventanilla de la facultad por poco no se muere de la risa... cuando le dije que quería pedir la beca... pero que en el último año universitario que curse sólo había aprovado una asignatura... me miro con una cara como diciéndome: Tú eres gilipollas.

Pues bien... no pude pedir la beca. La matrícula supera los 600 euros... y el lunes próximo tendré en el banco 30 euros, me pregunto cómo pagaré la dichosa matrícula. Aunque tengo algo de faena antes de finalizar el mes, que por suerte me salió ayer, y que me dará unos 500 euros... no sé cómo coño podré pagar esa matrícula que quiero que me cambie la vida...

Porque después de tres años dedicado al teatro... uno ve con malos ojos ganarse la vida de actor... Aunque claro... habrá de todo... Harto de ser camarero... y de pasarlas putas en algunos meses...
pensé que era hora de abandonar la bohemia... pero qué difícil se vuelve...

Qué extraño pensar el de la señora del estanco... pero claro... yo siempre fui mal estudiante... aunque eso sí... necesitarlo... como el que más...

Pero como decía un jefe que tuve hace años, cuando trabajé de pintor... todo se arreglará...

¡siempre hay golpes de suerte!


jueves, 4 de septiembre de 2008

Inmigración I. Dormir en la calle, beber litronas y vino, pedir cigarros, y querer hablar.


Ayer, mi pareja y yo, acompañamos a mi hermano a comprarse ropa. A mí no me hacía mucha ilusión, pero incluso, yo que no llevaba dinero, acabé comprándome unos pantalones y un par de camisetas. Mi pareja buscaba unas zapatillas de deporte, pero no encontró nada. Y mi hermano acabó comprándose varias cosas. Mi pareja insistió y se quedó buscando las zapatillas de deporte, pero mi hermano y yo acabamos saliendo a fumarnos un cigarro.
Yo me senté en una escalinata, y mi hermano se puso a hablar por teléfono. Al poco se me acercó un hombre de poco menos de cuarenta años con la pierna izquierda escayolada.
Cuando me había sentado en la escalinata, había visto un grupito de cinco o seis tipos borrachos... y no lo digo en tono despectivo... sino que iban bebidos y seguían bebiendo... así que cuando vi que el tipo en cuestión que se me acercó se levantaba y se separaba del grupo no me costó adivinar que pronto vendría a pedirme algo. Y así fue. tengo un extraño imán hacia este tipo de gente, y también hacia el tipo de gente que acaba atracándote o el tipo de gente con mirada pervertida... Algún día hablaré de esto...

El tipo en cuestión comenzó a llamarme... ¡Hombre! ¡Hombre! ¡Hombre!
Pero yo no me giraba.
Insistió varias veces y acabó diciéndome sordo y tonto. Entonces me giré y le miré a los ojos. con los años he aprendido que esto es lo mejor. he llegado a la conclusión que si miras a la gente a los ojos entienden que están delante de una persona concreta y no de cualquier persona... con lo cual el trato comienza a cambiar... no eres uno más, sino que comienzas a ser el que me está mirando a los ojos y tengo ahora mismo justo enfrente...

Él seguía hablándome y yo no decía nada. Le mantenía la mirada, una mirada por otro lado totalmente dura y fría, y guardaba silencio.

Su voz elevada bajó el tono y comenzó a hablarme más bajo y tranquilo. Me dijo que era polaco, y me pidió un cigarro. Yo seguía duro, frío y en silencio. Aunque mi estómago estaba caliente a más no poder. Un cigarro y no te pediré nada más. Yo todavía aguanté unos segundos... y finalmente saqué el paquete de tabaco del bolsillo y le di un cigarro. A pesar de que estaba escayolado y anadaba bastante mal, por la pierna y por la borrachera... mi gesto de acercarle el cigarro no fue muy generoso, porque no hice el menor esfuerzo en arrimarme. Finalmente cedí un poco y estiré un poco más el brazo.

Me dio las gracias, pero como era evidente y yo ya podía imaginar no se iba a ir sin más. Se acerco unos centímetros se sentó y comenzó a hablarme. Yo no le decía ni sí, ni no, alguna vez asentí o negue pero muy levemente, y siempre manteniendo la mirada en los ojos, aunque cada vez fui suavizando mi frialdad.

Me volvió a decir que era polaco, que había venido a buscar faena, pero que no encontraba, que él no era un enfermo, me dijo que tenía la cara blanca, pero no por indicarme su raza, sino su ausencia de enfermedades... Tenía bastantes arrugas en la frente, una frente curtida... y algunas patas de gallo profundas... moreno...

Me decía que él había trabajado aquí y allá... pero que en España no encontraba trabajo... Luego me dijo que bebía vino porque eso le aliviaba el dolor de la pierna... bevía un poco, otro poco, otro poco... y al final el dolor era menor... Que como él tenía un poco de dinero le pedía a los otros... aquellos con los que estaba... yque le comprasen vino... y me señalaba hacia abajo, donde estaba el grupito que yo había visto al sentarme en la escalinata.

Me decía que dormir en la calle no era un problema... el problema era el hambre...

A mí me venían un montón de pensamientos... le hubiese dicho que en lugar de comprarse vino porqué no iba a la farmacia a comprarse nolotil... o por qué no iba a alguno de esos lugares donde se da comida... ropa y posibilidad de bañarse... (que en la ciudad los hay)... pero me limité a escuchar...

Me dijo que quería irse a Asturias pero que no tenía dinero... (y yo pensaba para mis adentros... a mí también me gustaría irme a Asturias, pero tengo en el banco menos de 200 euros y el día 6 se cobrarán el mes de alquiler... y todavía no sé cómo pagaré los 250 euros que cuesta mi parte de alquiler...)

Me daba las gracias una y otra vez por el cigarro y me decía que yo era diferente... que los otros le decían... a tomar por culo. Supongo que nadie le había dicho esto, pero que era la lectura que podía hacerse de como le respondía la gente, verbalmente o gestualmente...

Al final, salió de la tienda, sin haber encontrado lo que buscaba, y mi hermano me tocó al hombro y me dijo que nos íbamos. El tipo agachó la cabeza... supongo que porque se le había acabado el chollo de poder hablar conmigo... con alguien... que no fuese uno de aquellos del grupito de borrachos... como si hablar conmigo por un momento le pudiese sacar de la miseria... o de la borrachera... (Todo el que se haya topado con borrachos sabrá que los hay que son muy pesados... y que en realidad no les importa lo más mínimo quién eres)

Cuando me levanté... le dije... Cuídate... como si esas palabras le fueran a ayudar en algo... Y me fuí... Pero no me quedé bien... Estuve pensando en el tipo un rato...

Hay como este tipo, cientos... miles... por todas partes... y seguramente no hay nada que hacer con ellos...

He hablado con locos, con borrachos... con drogadictos... con viejos a los que se le va la pelota... con tipos que no furulan... con punkis que venden ceniceros hechos con latas de refrescos... porque me atraen... y supongo que yo abro una pequeña puertecilla que les atrae... pero siempre se acaba... no hay nada que hacer... Siguen a lo suyo... En lo que siempre coinciden, o la mayoría de las veces, es en el trabajo... Quieren trabajar...

No sé si sirve de mucho hablar con ellos o no hablar... no lo sé... Hay de todo... pero siempre me queda la duda de que tal vez en algún pequeño instante de la conversación o de mis silencios, o de la escucha... encuentran una pequeña muestra de estima... que les hace sentirse un poco menos miserables... Por lo demás siguen siendo tan miserables como antes...

Una cosa que me chocó es que el tipo no se fumó el cigarro... ni se lo encendió, ni me pidió fuego... así que, tal vez, no se acercó tanto para pedirme el cigarro como para hablar... para simular una pequeña distancia entre él y su grupo de borrachos compañeros...

Cuando me encuentro esta gente... siempre intento imaginar cómo eran de pequeños o de jóvenes... y cómo han llegado hasta esta situación...

Él me decía que en mi país no le daban trabajo... y volvía a repetir... tu país... como si yo mandase de este país... o a mí me gustase cómo está mi país... como si a mí me enamorase España tal y como está... A lo mejor me sirvió para una vez más hacerme evidente que mi país sigue siendo una mierda muy gorda... pero claro mi país, que no es mi país, sino el estado en el que vivo... no tiene ninguna culpa de que un polaco haya querido venir a España a trabajar y no hay encontrado nada. muchos otros vinieron en busca de trabajo y al final si lo encontraron, y si no lo encontraron no se echaron a la bebida... Entonces, ¿¡quién coño tiene la culpa? ¿El polaco que no sabe cuidarse de sí mismo? ¿El vino? ¿El grupito de borrachos? ¿La gente? Tal vez nadie tiene la culpa, y eso, el que la gente acabe en la calle, es algo que pasa... algo que es una lástima, pero que es muy difícil de solucionar.

Mi padre, emigró de su pueblo natal a un pueblo que hoy día en coche está a hora y media, donde se hablaba otra lengua. En aquella época, la mayoría de la gente del pueblo al que fue a parar no hablaban en castellano, sino en valenciano. Además... el viaje costaba de hacer como diez o doce horas largas. Llegó al pueblo con 14 años, tiene 62, y siempre ha trabajado en la misma empresa. Tal vez tuvo suerte, o tal vez no.

No llego a comprender por qué pasa esto. Por qué en las grandes ciudades, sobre todo, se acumulan en las calles este tipo de personas. Marginados, borrachos, aparcacoches, drogadictos, enfermos mentales, viejos medio trastornados que guardan entre sus bartulos montones de billetes que no usan...

¿Acaso no se debería permitir la salida de su país, o de su región, a la gente que va a acabar entre botellas de cerveza o de vino, durmiendo en la calle?

En los pueblos siempre hubo locos, pero no gente durmiendo en la calle porque no tuvieran donde ir.

¿Dónde nace el problema?



(Continuará...)


martes, 2 de septiembre de 2008

Fantasía a raudales: princesitas y principitos.


No había nada en el frigorífico, así que me fui al restaurante chino más cercano a comprar algo de cena para mí y para mi pareja: ensalada china, dos rollitos, pollo al limón, fideos fritos con gambas, y pan de gambas (que acabamos tirando a la basura porque sabía a galletas cancerígenas).

El camarero chino me toma la nota y me dice que la comida estará en cinco minutos. me siento en una de esas mesas que dejan para la gente que espera para recoger la comida para llevar, que está llena de revistas del corazón. Cojo una al azar, ni siquiera tenía tapa, y supongo que no era de esta semana, incluso ni siquiera de este año, pero bien, me pongo a hojear.

Nada más empezar la revista, hay cinco o seis páginas dedicadas a María Carey, y a su nuevo apartamento, un triplex en pleno Manhattan, de más de 1.000 metros cuadrados, con suelo de parquet pintado a mano, y una enorme habitación más grande y más llena de vestidos que cualquier tienda de Zara, además de otra igualmente grande llena de miles de zapatos. Todo muy lujoso, lámparas brillantes, sofas coloridos... y un titular que decía algo así: si alguna vez alguien compra este apartamento debería ser una diva o no lo podría soportar. Estoy totalmente de acuerdo, el apartamento era horroroso, muy lujoso, pero horroroso. Me imaginaba allí un rato, y ya comenzaba a entrarme dolor de cabeza. A mí es que esos sietios me dan dolor de cabeza. supongo que es falta de costumbre.

He pasado un par de hojas... y salían páginas dedicadas a la entrega de los oscars... (si hay algún intrépido, seguramente lograría saber a que mes pertenecía la revista, yo no tengo ni idea de cuando se entregan los oscars...)

En todas esas fotos llenas de actrices, actores, y algún director... todos ellos muy glamurosos... he comenzado a ver algo que les unía... por un lado... los vestidos carísimos... como los que se podían ver en el enorme ropero de María Carey... por el otro el embadurnamiento de maquillaje, pero sobre todo... que en todos se respiraba un halo de principitos y princesitas de cuento fantástico.... Miraba las fotos y me parecía increíble... tanta belleza y tanta elegancia... tanta perfección... y en ese momento el camarero chino ha salido con las bolsitas de la comida llenas de grasa, y me ha devuelto a la realidad, he pagado 18 euros y le he dicho adios mirándole a los ojos. me ha sonreido, y yo a él, y aunque me he quedado con la duda de si su sonrisa era sincera o no, no me ha importado, porque llevaba la camisa por fuera y ningún atisbo de maquillaje.

Por fortuna, me seguí sintiendo un vulgar mortal.

Mi periódico gratuito.


Esta mañana bajé al bar a tomar un café con leche, y cuando fui a coger un periódico que estaba en la barra, un tipo me miró, y el camarero me dijo que el periódico era de ese señor que me miraba con cara de pocos amigos. Lo cogí y se lo lleve a la mesa, después me fui al sitio donde suele haber el periódico del bar, lo cogí y me lo lleve a la mesa, pero no pude dejar de pensar que aquel señor de cara de pocos amigos me hubiese podido dejar leer su periódico. Ni siquiera me dijo, no, no importa, puedes leerlo, cuando lo termines, me lo devuelves y en paz. Nada de esto ocurrió, y eso que el periódico era uno de esos que suelen dar gratuitamente cada mañana. Hasta ahí hemos llegado en cuestión de posesión.