martes, 2 de septiembre de 2008

Mi periódico gratuito.


Esta mañana bajé al bar a tomar un café con leche, y cuando fui a coger un periódico que estaba en la barra, un tipo me miró, y el camarero me dijo que el periódico era de ese señor que me miraba con cara de pocos amigos. Lo cogí y se lo lleve a la mesa, después me fui al sitio donde suele haber el periódico del bar, lo cogí y me lo lleve a la mesa, pero no pude dejar de pensar que aquel señor de cara de pocos amigos me hubiese podido dejar leer su periódico. Ni siquiera me dijo, no, no importa, puedes leerlo, cuando lo termines, me lo devuelves y en paz. Nada de esto ocurrió, y eso que el periódico era uno de esos que suelen dar gratuitamente cada mañana. Hasta ahí hemos llegado en cuestión de posesión.

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